‹‹Dicen que recordar es volver a vivir, y yo creo que es verdad en cierto modo. Cuando echas la vista atrás y pasan por tu cabeza las cosas y personas con las que has compartido tu vida, aunque no vuelvas a vivir la experiencia físicamente, sí te invaden de nuevo las mismas emociones, sentimientos, angustias y alegrías que en su día marcaron las etapas de tu viaje. Y si tu viaje ha sido tan agitado como el mío, hay mucho que revivir.
Mucha gente dice que con mi vida se podría escribir una novela. Yo no creo que sea para tanto, pero hoy, con medio siglo a mis espaldas, lanzo una mirada nostálgica y emocionada a lo que ha sido mi vida a través de mi diario personal. Sé que pensarán: “En el mundo de hoy, donde todo es público en internet, donde millones de personas escriben un blog en el que muestran al mundo aquello que quieren dar a conocer de sí mismos, de sus experiencias vitales y de su universo personal y donde cualquier hijo de vecino expone públicamente cada día sus sentimientos y hasta el más mínimo detalle de su vida en las redes sociales (no sé bien si como una forma de exteriorizar su interioridad compartiendo masivamente sus gustos, inquietudes, bromas, ideas y preocupaciones, si con un propósito “autopromocional”, para vender una imagen de sí mismos que les haga más populares, o si como una llamada angustiada de socorro para dar a conocer a sus cientos de mal llamados “amigos” virtuales una careta que oculta una dramática soledad y vacío existencial), ¿queda todavía alguien que lleve un diario personal escrito a mano?
Pues sí. No sé si seré la única persona que lo hace ya, pero durante toda mi vida, desde que aprendí a escribir, no ha habido un día en que no haya dedicado al menos un momento a plasmar en el papel lo que había dado de sí la jornada, las risas, dudas y sinsabores que habían centrado mi ajetreo diario, como una forma de autoevaluarme al final del día y tomar conciencia de muchas cosas que, de otro modo, me habrían pasado desapercibidas. La verdad es que hacerlo me ha ayudado bastante, lo mismo que me hace mucho bien revisar estos escritos de vez en cuando. Es por eso que me he decidido a compartir una selección de estas reflexiones publicando mis memorias. De los cientos de libretas que he rellenado desde mi niñez, he elegido aquellos momentos que han sido trascendentales en mi vida y les he dado forma de libro, al que he titulado: “Isabel Espinosa. La vida merece ser vivida”. Antes de enviarlo a la editorial, me gustaría compartir con ustedes algunas de las entradas más significativas. Otras muy interesantes me las reservo, que no hay que dar toda la información de golpe. Espero que les permitan conocerme un poco mejor, que no me juzguen y me acepten tal como soy, con mis virtudes y mis defectos, como cualquiera.››
6 de enero de 1985: “Hola, querido diario. Hoy los Reyes te han traído para mí. ¡Qué ilusión! Voy a empezar a escribirte ahora mismo. Espero tener cosas que contarte todos los días. A ver, porque mi vida es un poco aburrida.”
15 de septiembre de 1989: “Hoy en el cole he conocido a un niño nuevo. Se llama Pablo y se ha sentado a mi lado, pero casi no ha hablado nada conmigo. Sólo miraba para abajo y se ponía colorado. Es más mono…”
30 de septiembre de 1992: “Esta tarde hemos estado todos en el cine y tomando un helado. Pablo es un ganso, no para de hacer tonterías. Cada vez me gusta más. Mañana empezamos en el instituto, menos mal que va a ir al mismo que yo.”
20 de agosto de 1994: “Hoy por fin nos hemos besado. Pensaba que Pablo no se iba a decidir nunca. Le he dicho que me acompañara a casa desde la feria para no coger un taxi sola y luego en la puerta de casa, hemos empezado a hablar… y por fin ha pasado. Mamá y papá me han echado la bronca por llegar tarde, pero me da igual. Hoy soy feliz.”
18 de junio de 1996: “Bueno… pues ya he aprobado la Selectividad. Una cosa menos. Ahora, a echar la matrícula en Empresariales. Mira que les he dicho a mis padres que yo lo que quiero hacer es Medicina o Veterinaria, pero nada, no hay quien pueda con ellos, así que por no escucharlos… ¡Qué harta estoy de que me mangoneen! No se dan cuenta de que ya soy mayor…”
21 de octubre de 1998: “Acabo de ver en la tele una peli de los años 50: “Las tres caras de Eva”. Va de una mujer con trastorno de personalidad, que se comporta como si fuera tres personas distintas. ¿Te imaginas si, cuando te agobia tu vida, fuera tan fácil vivir otra? ¡Quién pudiera...!”
1 de julio de 2000: “He empezado a trabajar en la empresa de papá. Espero que me vaya bien. La gente de momento me mira como si fuera una enchufada que está aquí sólo porque es la hija del jefe. Me hablan con amabilidad, pero me da la sensación de que cuchichean todo el rato. Menos mal que al menos también ha entrado Patricia y tengo alguien con quien desahogarme.”
20 de agosto de 2004: “Hoy Pablo y yo hemos hecho diez años juntos. ¡¡Y me ha pedido que nos casemos!! Por supuesto, le he dicho que sí. ¡Qué ilusión! Lo único que me ha chafado un poco el día es que, cuando se lo he contado a Patri, la he notado muy rara, como si no se alegrara. Seguramente lo está pasando mal desde que lo dejó con su novio.”
12 de octubre de 2005: “Pablo y yo somos marido y mujer. Sin embargo, no ha sido, como debería, el día más feliz de mi vida. Sé que somos tal para cual, que nos conocemos desde niños y que lo quiero más que a nada, pero siento que no he tenido la oportunidad de comparar, de equivocarme, de vivir… ¿Y si me he precipitado y Pablo no es el hombre de mi vida? Espero no haber cometido un error. Hoy me he derrumbado con Patricia mientras me arreglaba para la boda, se lo he contado todo y ella me ha aconsejado. Menos mal que al menos con ella sé que podré contar siempre.”
7 de diciembre de 2005: “Ya he llegado a Nueva York. La verdad es que no sé por qué en la empresa me mandan tanto de viaje, porque realmente las gestiones que he venido a hacer se podrían hacer por teléfono o por internet. Pero bueno, he decidido aprovechar la ocasión y disfrutar, así que hoy he hecho algo de lo que no sé si me arrepentiré, pero ¡Dios!, me he sentido viva por primera vez en mucho tiempo. Estaba en un bar y me he hecho pasar por una oncóloga, le he contado una trola a un tío y al final… nos hemos acostado. Es la primera vez que engaño a Pablo, pero es que lo necesitaba. Me estaba matando la sensación de que, estando con un solo hombre en tu vida, no puedes saber si has hecho lo correcto. En cualquier caso, yo a Pablo lo quiero con locura y, al fin y al cabo, ojos que no ven, corazón que no siente. La verdad es que lo necesitaba.”
3 de julio de 2008: “Estoy fatal. Hoy ha venido a verme un tal Jorge, que por lo visto es el psicólogo de Pablo, y me ha contado que lleva engañándome desde que nos casamos. Ya sé que yo también he hecho lo mismo, pero yo en el fondo le quiero. ¿Y si él no me quiere a mí? Pero lo peor no es eso. Con quien me ha estado engañando es… ¡con Patri! ¡Con mi mejor amiga! Claro, con razón me aconsejó el día de mi boda que me atreviera a vivir las vidas que quisiera. Será guarra la tía… Ya no sé en quién puedo confiar, mi mundo se ha dado la vuelta. No sé qué hacer. Necesito aire.”
15 de julio de 2008: “Me ha escrito una empresa inglesa para tratar un tema de negocios. La cita es en Londres. Puede que sea la oportunidad que me hacía falta para cambiar de aires. Mañana me voy. Ojalá consiga despejarme.”
16 de julio de 2008: “Hoy he conocido a Kenneth. Me parece que con él es distinto que con todos los otros. Creo que puede ser alguien muy especial en mi vida.”
1 de septiembre de 2008: “¡Dios mío! ¡Estoy embarazada! Y ahora, ¿qué hago? Si ni siquiera sé si es de Pablo o de Kenneth… Ahora sí que me he metido en un buen lío.”
24 de noviembre de 2008: “Hoy he estado otra vez con Ken. Pero no voy a volver a verle hasta que dé a luz. Pronto empezará a notárseme el embarazo y no puedo permitir que se dé cuenta y empiece a hacerme preguntas. Quizás lo mejor sería que me olvidara de él… pero no puedo.”
5 de mayo de 2009: “Hoy ha nacido mi hija Desirée. Y Pablo ha estado a mi lado todo el tiempo. Ha sido un poco torpe, pero es normal, es la primera vez que se ve en esa situación, y además, los últimos meses las cosas no han sido precisamente fáciles entre nosotros. Claramente nos hemos distanciado. ¿Por qué ha tenido que pasarnos esto? Con lo que nos hemos querido siempre…”
30 de julio de 2009: “Hoy he vuelto a ver a Kenneth. Lo he pensado mucho, porque a veces pienso que debería darme otra oportunidad con Pablo. Pero no he podido evitarlo. Por Ken también siento algo especial. Por supuesto, no le he dicho nada de que he tenido una hija. Bueno, me voy, que me está llamando.”
31 de julio de 2009: “¡Qué día tan horrible! Esta mañana Ken me pidió que me casara con él. No sabía cómo reaccionar, fue una situación muy violenta. Al final le di largas y pensaba que le había convencido de que era lo mejor, pero cuando íbamos en coche al aeropuerto, empezamos a pelear y tuvimos un accidente. Yo estoy bien, afortunadamente, pero él estaba muy mal. Se lo han llevado al hospital y está en coma. ¿Cómo se me ha podido complicar tanto la vida?”
29 de junio de 2010: “Gracias a Dios, Ken ha salido del coma. Betty me llamó esta mañana y cogí rápidamente un avión. Pero no todo han sido buenas noticias. A consecuencia del accidente, ha quedado ciego. Se ha llevado una gran alegría cuando hemos hablado. Le he prometido que no me voy a separar de él y, en cierto modo, le quiero y creo que se lo debo. Pero no sé, tengo muchas dudas. Últimamente me he vuelto a sentir un poco más cerca de Pablo. He estado hablando con Betty, que se ha convertido en una gran amiga para mí y me ha prometido que me ayudará a buscar una solución.”
9 de octubre de 2010: “Betty me ha llamado para decirme que está todo listo para la operación. Ya no hay vuelta atrás. Espero no estar equivocándome. Tengo todo listo y esta noche salgo para Londres. Jorge me va a acompañar, es el que más me ha apoyado en esto. Menos mal que a él puedo contarle todo, si no tanto secreto me habría quemado ya por dentro. No voy a despedirme de Pablo. No sé lo que pensará mañana cuando despierte y no me encuentre, pero espero que me pueda perdonar. Al fin y al cabo, todo esto lo hago por salvar nuestro futuro juntos. Lo que más me duele es tener que separarme de mi niña, aunque sea temporalmente. Ojalá cuando sea mayor y algún día le cuente esto, pueda comprenderme y perdonarme.”
24 de diciembre de 2010: “Cada vez que creo que no me puedo sorprender más, la vida me sale con algo nuevo. Hoy se ha presentado Jorge en casa de Kenneth diciendo que se acababa de casar. ¿Te lo puedes creer? Jorge… que siempre ha estado loco por mí, aunque yo siempre le rechazaba… y se ha casado. Pero no con cualquiera, no. Se ha casado con Patricia, sabiendo como sabe el daño que me ha hecho. Y no puedo evitar sentirme un poquitín celosa. Ya no sé qué pensar. Si no puedo confiar ni siquiera en Jorge, ¿quién me queda? Porque con Kenneth las cosas cada vez van peor. Tengo ya claro que lo nuestro sólo fue un espejismo. Ya lo que me queda es esperar que mis planes con Pablo salgan bien. El anzuelo ya está echado, lo que falta es ir tirando del sedal. Lo que está claro es que esta ha sido sin duda la peor Nochebuena de mi vida.”
25 de diciembre de 2010: “Esta tía ya no sabe cómo hacerme más daño. Pero, ¿qué le he hecho yo? Acabo de encontrar a Patricia en la cama con Kenneth. De verdad que no sé todavía cómo he podido contenerme y no arrancarle los pelos uno a uno. Pero esto se ha acabado. No pienso aguantar ni un día más. Mañana a primera hora me voy de aquí. Ahora tengo que centrarme en lo que realmente es importante para mí.”
24 de diciembre de 2011: “Hoy ha nacido Óscar, mi segundo hijo. Poder ver su cara y la de su padre mirándome embobado es lo más bonito que me ha pasado en la vida. Esto me ha devuelto la fe en la Navidad. Ojalá seamos muy felices todos juntos para siempre, que ya creo que nos lo merecemos.”
10 de julio de 2012: “¿Qué le vamos a hacer? El ser humano es el único que tropieza dos o tres o las veces que haga falta con la misma piedra. Pero ¿qué importa? ¿Acaso alguien tiene la fórmula de la felicidad? Cada uno vive y disfruta la vida a su manera.”
17 de marzo de 2028: “Hoy he cumplido cincuenta años y he tenido el mejor regalo: el nacimiento de mi primera nieta. Cuando echo la vista atrás, lo único que puedo decir es que me siento orgullosa de mi vida. He tenido muchos aciertos y he cometido también errores, pero he sabido aprender de ellos y sacarles el lado bueno. Hoy no me arrepiento de nada y he decidido contar mi historia por si alguien puede aprender de ella.”
Foto cedida por Francisco Javier Palanco